¿Qué necesito traer?

¿Es un retiro de silencio?

 

El Silencio no es entendido como la ausencia de sonidos o palabras sino como la fuente de toda existencia. Es cierto que en algunos momentos, sobre todo al principio, invitaremos a no hablar como una manera de no alimentar la cháchara mental, pero habrá instancias en las que es posible conversar poniendo atención a que el compartir provenga de un espacio de calma y paz.

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El Silencio es nuestra esencia y no algo que se pueda hacer o no hacer, perder o ganar. 

 

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¿El retiro es parecido a Vipassana?

 

No promoveremos ni permanecer callados ni sentados en una posición fija poniendo atención en la respiración. Aunque las grandes prácticas espirituales están diseñadas para trascender la dualidad, es muy fácil que la mente busque identificarse con la imagen del practicante, un yo que medita y está en una búsqueda interior. Aquí aspiramos al entendimiento profundo que ninguna técnica nos va a transformar en lo que ya somos, sino lo único necesario es reconocer que ya somos el Ser y que hacer cualquier esfuerzo por alcanzarlo es un malentendido originado por el ego. El retiro apunta una y otra vez a aclarar ese malentendido. 

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¿Cuál es ese malentendido?

 

El que trata de librarse del ego se va a frustrar, porque en realidad ese yo también es una imagen mental, es el ego luchando contra el ego para mantener el ego y hacerte creer que estás ocupado avanzando a una liberación que va a ocurrir mañana. No te puedes liberar de algo que no existe, es una pérdida de energía, el ego es un espejismo. Mientras más crees que tienes que liberarte de él más crees que es real. Es una trampa de la mente. Al dar energía a esa lucha, la ilusión se fortalece.

Imaginamos que somos una persona que tiene que llegar al Ser. Cualquier intento por buscar el Ser es creer que no está presente Ahora. El despertar es como buscar los lentes y darse cuenta que los tienes puestos. No puedes experimentar el Ser mientras haya un yo que quiera experimentarlo. Esa dualidad es imaginaria, no hay un yo y el Ser. Hay sólo el ser experimentándose a sí mismo.

Durante el encuentro insistiremos en notar que somos la conciencia que se da cuenta de la mente intentando llegar a la conciencia, creando un viaje imaginario e innecesario. Ya somos la conciencia anterior a la idea de que algo falta y es necesario buscar. Ya somos el Ser antes de identificarnos con la idea de habernos olvidado a sí mismo y necesitar recordar quien somos a través de alguna práctica o tradición espiritual. Somos la verdad que es anterior a la idea de tener que encontrar la verdad porque se he perdido; o por el contrario creer que ha sido encontrada como si fuera algo que es posible agregarse a sí mismo.

 

La mente en su discurso espiritual sueña que estamos dormido y que tenemos que despertar ¡Despierta de la idea de despertar! En realidad, el ego no existe y no hay nadie que tenga que librarse de él, es solo un juego de espejismos. 

 

Lo único que existe es la gozosa sinfonía del silencio. ¡Abre los oídos del corazón!